En una fría y neblinosa mañana de sábado en febrero, un controlador de tráfico aéreo autorizó a un avión de carga de FedEx a aterrizar en la pista 18L del Aeropuerto Internacional Austin-Bergstrom en Texas. Un avión de Southwest Airlines estaba en la misma pista, pero el controlador dijo que despegaría antes de que el enorme Boeing 767 de FedEx se acercara demasiado. Sin embargo, a medida que el avión de FedEx descendía a través de las densas nubes, los pilotos vieron algo aterrador: la silueta del Southwest 737. Los dos aviones estaban a segundos de colisionar1.
El avión de FedEx estaba a unos 150 pies del suelo cuando sus pilotos divisaron el aeropuerto, oscurecido por las densas nubes. Fue entonces cuando lo vieron: la silueta, apenas visible al principio, del avión de Southwest rodando por la misma pista en la que el jet de FedEx estaba a punto de aterrizar. Ambos aviones se movían rápido. Un choque era inminente. No había tiempo para pedir permiso. «¡Southwest, abortar!» uno de los pilotos de FedEx radió1.
Evitaron el choque, pero la confusión continuó. El controlador de tráfico aéreo escuchó al piloto de FedEx pidiendo a Southwest que cancelara su despegue, pero se confundió sobre quién estaba hablando, según el informe interno de la FAA. Normalmente, los pilotos no emiten comandos, y el controlador pensó que era uno de los pilotos de Southwest quien anunciaba que su avión estaba abortando. «Roger, puedes girar a la derecha cuando puedas», dijo el controlador, dirigiéndolo fuera de la pista1.
Los controladores dicen que se les enseña a no perder tiempo entre despegues y aterrizajes, incluso cuando el tráfico es ligero, para evitar crear atascos. Aun así, los controladores actuales y anteriores que revisaron el incidente en Austin dijeron que estaban desconcertados por las acciones del controlador. No había prisa para que el vuelo de Southwest despegara, ya que el FedEx 767 era el único avión en cola para aterrizar1.
Un gran parte del problema: Aunque el tráfico aéreo ha aumentado más del 50 por ciento en la última década, las filas de controladores no han seguido el ritmo. Hoy en día, Austin tiene 35 controladores completamente certificados, según la FAA. Eso es aproximadamente un 40 por ciento por debajo del nivel objetivo establecido por la FAA y el sindicato que representa a los controladores1.